martes, 28 de junio de 2011

Blanco

Dicen que los esquimales son capaces de distinguir 30 tonalidades de blanco. Es un alarde perceptivo fruto de la adaptación al entorno. Nosotros no las distinguimos y la diferencia nos resulta tan insignificante que apenas tenemos nombres para identificarlas.
Hoy hemos traído a NORTE las 23 sillas -número fetiche- de respaldo blanco y mientras llegábamos con la carga pensábamos cómo quedaría el blanco de las sillas con el blanco de las mesas. Éste, con el blanco de las paredes y el de las paredes con el de la barra. Tampoco es igual la textura blanca del sobre de la barra que el blanco del frontal de la barra. El suelo también será blanco, pero seguro que se parecerá más al blanco de las paredes de los baños, que son del mismo material.
En la tienda de pintura nos recomendaron que el blanco para pintar las persianas metálicas fuera satinado porque el blanco mate dejaría de ser blanco más rápido. El blanco del mueble cafetero y de la trasbarra tienen un toque gris y el blanco de los toldos está aún por llegar, pero ya lo imaginamos avainillado por el sol.
La primera mañana que abramos la persiana blanca, empezaremos a manchar esa página en blanco que hasta ahora es NORTE con el color de los buenos días, las sonrisas, las primeras carreras, algún despiste y las historias de los primero clientes que entren por la puerta.

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